En esta oportunidad quiero hacer mención a algunas políticas públicas que se están llevando adelante por nuestro gobierno nacional, y que inciden directamente en el bienestar de nuestra sociedad. 

Estas políticas tienen una visión clara, que es la igualdad de oportunidades para todos los uruguayos, vivan donde vivan. 

En ese marco, Antel está llevando adelante un ambicioso plan de inversión que permitirá que, para fines de 2026, todas las localidades de nuestro país, con más de 500 habitantes cuenten con fibra óptica.

Recientemente vivimos la inauguración de la primera etapa del servicio en Villa Soriano, donde se abarcó la Escuela Técnica de UTU y algunos hogares, y se prevé que antes de finalizar enero 2026 quedará conectada la localidad en su totalidad. 

Esta inversión que alcanzó los U$S 500.000, no se trató de una decisión comercial, sino de una política pública basada en derechos, porque hoy la conectividad es esencial para trabajar, estudiar, hacer trámites en línea, informarse, comunicarse, entre otros tantos beneficios que aporta, y a los que todos y todas tenemos derechos a acceder, sin importar el lugar donde vivamos.     

Esta infraestructura no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que genera empleo de calidad, impulsa la descentralización, fortalece a las pequeñas y medianas empresas y permite que el interior del país se integre al mundo sin dejar de lado su identidad. 

Es una herramienta clave para el desarrollo productivo y para evitar el desarraigo en la zona.

Antel continuará avanzando en esas localidades del interior profundo, con el objetivo de que el próximo año no haya ningún pueblo de más de 500 habitantes sin acceso a internet de calidad. 

Además, quienes ya cuentan con servicios inalámbricos verán mejoras sustanciales en velocidad y capacidad del mismo, sin aumento de costos. 

Esta es una señal concreta de un Estado que invierte, planifica y cumple.

Este mismo enfoque de equidad territorial se refleja en la alianza estratégica entre ASSE y el Correo Uruguayo mediante la articulación de dos organismos públicos claves, para mejorar el acceso a la salud, especialmente en las zonas más postergadas del país. 

El convenio se inscribe en una lógica de coordinación interinstitucional que busca ganar eficiencia, y equidad en la prestación de servicios.

El inicio de la distribución de medicamentos oncológicos en el oeste del país marca una decisión política y sanitaria, al priorizar a pacientes de alta vulnerabilidad y poner el foco en regiones donde el acceso a las prestaciones es más complejo. 

Desde el punto de vista de la gestión pública, el acuerdo consolida al Correo Uruguayo como operador logístico estratégico del Estado, ampliando su función más allá del servicio postal tradicional.

 Al mismo tiempo, ASSE refuerza su capacidad operativa sin tercerizaciones privadas, apostando a soluciones públicas, para problemas públicos y anticipando una política de largo plazo orientada a la integración de servicios, la descentralización y la reducción de desigualdades territoriales en el acceso a la salud.

Estas acciones muestran un rumbo claro: un país con un Estado presente, empresas públicas trabajando coordinadamente y políticas donde la prioridad es la gente, el desarrollo del interior y la justicia social como pilares de un país más integrado y con visión de futuro.

Para finalizar quiero destacar las medidas que anunció y lleva a cabo el Banco República, que establece un descuento del 15% en compras a crédito en los departamentos fronterizos con Argentina. 

Son decisiones pensadas para defender el comercio local, sostener el empleo y acompañar a las familias en un contexto económico desafiante.

A su vez, el impulso dado a herramientas como BROU a Mano Comercios demuestra que el Estado también innova, facilitando que los pequeños comerciantes puedan cobrar desde su celular, sin costos de transacción, fortaleciendo la formalización y la inclusión financiera.

Muchas veces no le damos la real dimensión al impacto que el desarrollo de estas políticas públicas plasmadas en acciones concretas, tienen sobre la vida de nuestro pueblo y en el avance hacia una mayor igualdad de derechos. 

Sin lugar a dudas, estamos viviendo la revolución de las cosas simples, y de eso se trata, de cuestiones prácticas que incidan en la vida diaria de la gente.