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El soldado afrodescendiente, nacido en la década de 1760, proveniente de una familia de esclavos que lucharon para sobrevivir, fue apodado tío Lencinas por José Artigas.
Durante sus años juntos, ayudó al prócer a realizar espionajes e incursiones contra los portugueses, formó batallones y su vida estuvo unida a la causa oriental. Su figura es recordada en una pieza audiovisual producida por la Presidencia de la República, mediante la técnica de inteligencia artificial. El video puede verse en el canal de YouTube y las redes sociales de la repartición.
Es Ansina en el recuerdo colectivo y este miércoles 29, a las 19:00 horas, el presidente de la República, Yamandú Orsi, inaugurará un monumento a este comandante de los orientales, en el parque Artigas de Las Piedras, departamento de Canelones. El 29 de octubre fue declarado, por decreto del Poder Ejecutivo, en 2018, durante la presidencia de Tabaré Vázquez, como jornada dedicada a la memoria del líder de las milicias de libertos artiguistas.
¿Quién fue Ansina?
La figura de Ansina siempre estuvo invisibilizada, señaló la periodista Denise Motta, en un documental producido por la Presidencia de la República, que reúne la palabra de varios investigadores uruguayos y que intenta desentrañar quién fue Joaquín Lencinas.
En la pieza audiovisual, publicada en las redes sociales y el canal de YouTube oficiales, hablan, además de Motta, Oscar Montaño González, Jorge Chagas y Natalia Stalla
“No ha sido nada sencillo para el colectivo afro poder rearmar la figura de Joaquín Encina, Lencina. Le ha llevado décadas poder reivindicar a su figura más importante”, agregó Montaño González.
El historiador uruguayo lamentó que se le conozca por ser “un cebador de mate” y se desconozca su faceta militar, que fue la que realmente contribuyó a que el artiguismo fuera más fuerte.
Por otra parte, el escritor e historiador Jorge Chagas reflexionó acerca de las distintas versiones que siempre han circulado sobre Ansina, desde que nunca existió, que fue un liberto cebador de mate o que ese nombre correspondía a varias personas conjugadas en una hasta el extremo que lo describe como el principal asesor de Artigas en lo relacionado a la esclavitud y el desarrollo de la estrategia militar.
Chagas señaló que la idea del “cebador de mate” no está documentada en ninguna parte y no se sabe cuál fue su origen. Pudo haber sido el cuadro de Blanes Viale, en el que retrató a una persona negra cebando esa infusión junto a Artigas, manifestó.
Para Natalia Stalla, a pesar de que no se podrá reconstruir la biografía cerrada sobre Ansina, es importante lo que su figura representa para nuestra historia. Una de las primeras referencias a este personaje aparece en la obra de Isidoro de María, quien “ficcionalizó” la llegada de Artigas a Paraguay acompañado por Ansina, “su fiel servidor”.
Chagas aseguró que los historiadores buscaron la verdad sobre este tema e intentaron acortar la distancia entre versiones, ya que se desconoce dónde nació, cómo conoció a Artigas, si sabía leer y escribir o si era un payador errante.
Ansina aparece reflejado en el archivo de Artigas como Joaquín Lencinas o tío Lencinas, que era como se lo llamaba, dijo Montaño.
Según algunos documentos históricos encontrados, Artigas se refería a Ansina como el tío Lencinas, a quien se lo mandaba a hacer tareas de espionaje. La expresión “tío” era una manera cariñosa, en la época, de referirse a una persona negra mayor.
Montaño recordó que Artigas también estaba vinculado con la gente indígena y había más de doce batallones compuestos por un gran porcentaje de morenos y pardos.
Ansina, comandante
La preparación militar de Lencinas le sirvió para ganarse la confianza de Artigas, quien le encomendaba tareas de inteligencia y espionaje. Al reunir los datos, la figura de Ansina adquiere otro tenor, ya no es la figura al costado de Artigas, sino a su lado, luchando por la independencia.
Nunca se supo la procedencia de Ansina y tampoco dónde reposan sus restos, ya que, en un momento, se confundieron con los de Manuel Antonio Ledesma, otro soldado afro, recordaron los historiadores en la pieza audiovisual.
Con base en una foto de Manuel Antonio Ledesma, tomada en 1888, aproximadamente, se erigió, en 1943, un monumento, ubicado en la plaza de la Bandera, en Montevideo, en el que se lee “Manuel Antonio Ledesma-Ansina”. Además, el primer abogado negro del Uruguay, Francisco Rondeau, nombró Ansina a una calle del barrio Palermo de la capital del país.
Para Motta, los hechos deben ser explicados con argumentos y estudio. Una vez que se analizan los procesos, la figura de Ansina adquiere un protagonismo que la historia le negó. “Si desde niños nos dicen que algunos luchaban por la independencia y otros estaban cebando mate, se construye una narrativa difícil de deconstruir”, consideró.
Montaño, en tanto, sostuvo que la figura de Ansina debe describirse como el compañero de Artigas, un comandante y un amigo.
No existen pruebas documentales que confirmen que Joaquín Lenzina, conocido como Ansina, haya sido “comandante” ni que existiera un cuerpo de “Milicias Artiguistas de Libertos”. El título surge de una resolución del Poder Ejecutivo de 2018, carente de fundamento histórico. Las únicas fuentes que lo vinculan con ese rango provienen de textos apócrifos atribuidos en 1951 por los hermanos Hämmerly, quienes inventaron una obra poética inexistente y el guión del video presentado por presidencia solo se basa en la obra poética apócrifa. Investigaciones posteriores demostraron la falsedad de esos escritos y la ausencia total de evidencia sobre su formación militar o literaria. El “Comandante Ansina” es, por tanto, una construcción mítica sin respaldo documental.
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