(escribe prof. Alejandro Carreño T. ) La candidata comunista Jeannette Jara arrasó con las primarias del oficialismo chileno realizadas el domingo 29 junio pasado. Su triunfo significó la radicalización de la izquierda chilena, comandada ahora por el PC, y un hecho inédito en la historia política del país, pues, por primera vez, el Partido Comunista se erguía con un liderazgo insospechado, incluso para ellos, de una coalición oficialista de la que siempre mantuvieron distancia, y no tuvieron reparos para cuestionar en innumerables ocasiones al Presidente Gabriel Boric y su gobierno. Un verdadero dolor de cabeza para La Moneda que nunca supo cómo enfrentarlo.

Pero esta izquierda radicalizada, representada por Jeannette Jara, comienza a “resetearse”, para usar la expresión que la propia candidata utilizó la semana pasada. Ante la pregunta del periodista si estaba dispuesta a modificar el programa económico en materias como el modelo de demanda interna o la igualdad antes que el crecimiento, o revisar, quizá, el salario mínimo de 750 pesos, propuestas que fueron demolidas hasta por sus propios aliados, respondió: “Después de las primarias lo que ocurre aquí es un reseteo tanto de comando como de programa, que tiene, por cierto, bases desde una perspectiva progresista de la centroizquierda”.

El reseteo de Jeannette Jara es importante. Ahora se va a presentar una nueva Jeannette Jara. Una de centroizquierda. Al diablo las convicciones de comunista ortodoxa con las que ganó las primarias. Al diablo su programa de siete páginas y sus propuestas económicas. Todo se resetea. O sea, quienes votaron por ella, lo hicieron porque creyeron en sus propuestas defendidas en los diversos debates y discursos en puntos de prensa. Pero Jara está “cambiada”. De un día para otro, su piel de comunista ortodoxa, como la piel de las serpientes, comenzó a sufrir “cambios” también radicales. Y habló de “reseteo”. Qué curioso término para referirse a cuestiones fundamentales para un político y su credibilidad.

“Resetear” significa reiniciar un dispositivo para restablecerlo a su estado original o para solucionar problema; en otras palabras, es una especie de “nueva oportunidad” para los dispositivos. Un término no asumido por la RAE, pero que forma parte del lenguaje universal de la cibernética. Pero no es nada más que un cambio aparente. El “reseteo” de Jara es para volver a su estado original, como lo señala su definición. Volver a su naturaleza de comunista ortodoxa. Un ejemplo solamente. El acuerdo previsional, uno de los caballitos de batalla de su campaña durante las primarias, ya no lo es más. Un acuerdo bien claro en sus términos que se prolongaría en el tiempo y que fue muy difícil lograrlo.

Caballitos bien definidos parecían, para satisfacer a moros, comunistas y cristianos. Pero fíjense que ya no son tan definidos. Apareció la serpiente sin cambio de piel. Jeannette Jara ha dicho recientemente que quiere terminar con las AFP, instituciones encargadas de administrar e invertir los fondos destinados a las futuras pensiones de las personas, quienes libremente escogen aquella que administrará sus fondos previsionales. De este modo satisface a su sector: comunistas y frenteamplistas. El reseteo de Jara atenta contra su credibilidad. ¿Cómo creer en su palabra? Es que no hay una “nueva” Jeannette Jara. Es la misma loba con piel de oveja.

Y como ocurrió con Salvador Allende, que la Democracia Cristiana, la legítima, no las sobras, le pidió garantías democráticas antes de aprobarlo como presidente en el Congreso el año 1970, el Partido Por la Democracia (PPD), unos de los partidos del llamado Socialismo Democrático, a su manera, solicitó lo mismo: firmar un estatuto de garantías programáticas. En otras palabras, el PPD no se conforma con promesas, quiere documentos firmados que sean prueba de que no se saldrá de este marco regulatorio. Como la Democracia Cristiana ayer, el PPD hoy tampoco cree en la honestidad de Jeannette Jara. Ni mucho menos en su reseteo.

Y tienen toda la razón para no créele. La verdadera Jeannette Jara es esta: la comunista, la de siempre, la de la polera “Matapacos”, la que trataba despectivamente a los carabineros de “pacos”. No otra, no la reseteada. Esta es la falsa, la que como deformada sirena les canta a los incautos del Socialismo Democrático, de la Democracia Cristiana y otros cándidos incautos que ven en ella la luz al final del túnel, y no comprenden que esta luz es, también, otro reseteo de Jeannette Jara.