Durante su participación en la ronda de presidenciables invitados por las autoridades de la ExpoActiva Nacional para responder a tres preguntas vinculadas al sector agropecuario, el precandidato del Frente Amplio, Mario Bergara dio sus respuestas con el tope de 3 minutos a cada una de ellas.

1- Competitividad. ¿Qué medidas tomaría ante un eventual gobierno suyo para devolverle competitividad al sector? El sector agroexportador ha denunciado una persistente pérdida de competitividad, entre otros factores se menciona como causantes el problema del tipo de cambio, los costos internos como el precio de la energía, del combustible, de los impuestos, la rigidez salarial, las trabas para firmas de la firma de tratados de libre comercio . En este sentido ¿qué se plantea con respecto a devolverle competitividad al sector?

1- Muchas gracias por la invitación. Es un gusto por dos razones. Primero porque el sector agropecuario es un sector fundamental para la producción, para la exportación, pero también por su influencia en el terreno social y en el terreno cultural en todo el territorio del país. 
Y en segundo lugar porque concibo La Expoactiva como una aliada. Una aliada porque fue impulsora, junto con gobiernos anteriores, de políticas innovadoras como el monitoreo satelital de las aplicaciones fitosanitarias, como los planes de manejo de suelos. Y estoy seguro que va a seguir siendo así en el futuro. 
Para competitividad arranquemos por productividad.
Hay muchas áreas que se pueden recorrer. El tiempo es tirano en este ámbito, así que voy a sintetizar en dos. 
Primero, si queremos un salto en productividad, tenemos que caminar en la dirección de manejo de aguas y ley de riego que impulsó en su momento nuestro compañero Tabaré Aguerre.
Que llevó muchos años de discusión en el Frente Amplio, es cierto. Y creo que hay que hacer un mea culpa en ese sentido. Que tuvo una implementación incipiente en 2019 y que básicamente no ha avanzado después de allí.
El segundo piso en la producción agropecuaria viene de la mano del agua, del riego. Tanto aprovechando los incentivos que da esa ley para los grandes productores para hacer sus emprendimientos como para la asociatividad vinculada a los emprendimientos multiprediales. 
El segundo aspecto es la innovación y la tecnología.
Todos somos conscientes que el salto en productividad que tuvo el sector ganadero y el sector agrícola en Uruguay vino de la mano de la penetración tecnológica. Y allí es donde tenemos que volver a poner el foco. 
En materia de competitividad, hay varias cosas para hablar.
Me voy a focalizar por supuesto en el tema cambiario. Hoy tenemos el atraso cambiario más grande del siglo XXI. Hoy tenemos un desalineamiento notorio de lo que los economistas llamamos el tipo de cambio basado en los fundamentos.
Y se puede hablar de la tasa de interés, se puede hablar de cuestiones estructurales. La forma que existe para incidir en el valor del tipo de cambio en el corto plazo es lisa y llanamente la intervención del Banco Central en el mercado cambiario. El Gobierno y el Banco Central están mirando para el costado. Tienen que intervenir. 

2- La concentración en la industria frigorífica, ¿qué opinión tiene sobre la posibilidad de la venta de tres plantas, a una que ya tiene cuatro y pasaría a operar siete, un 50% del total de la faena?

2- Bien, yo soy muy partidario de la competencia, y la ciencia económica hace rato que desecha la contradicción entre regulación y competencia, al punto tal de que se habla de regular para la competencia, porque los mercados en muchos casos tienen las tendencias al monopolio, al oligopolio, al monopsonio, y es fijando reglas que se evita justamente los perjuicios de un monopolio.
Soy partidario de que se siga tratando amigablemente la inversión extranjera, como hace 50 años en el Uruguay, pero con las reglas fijadas por nosotros. 
Tuve el privilegio de trabajar en dos organismos reguladores que también regulan la competencia, la URSEC y el Banco Central, y tuve el privilegio de ser uno de los redactores de la Ley de Competencia y la instalación del primer ámbito de análisis de temas de competencia en el Uruguay. Y claro que hay que respetar, analizar los estudios técnicos en la materia.
Ahora, las reglas y las evaluaciones se hacen en el ámbito técnico como asesoramiento. No se puede eludir el hecho de que en última instancia las decisiones son de índole política. Pero lo político no quiere decir que le pase por arriba o ignore las consideraciones técnicas.
Por lo tanto, yo no veo con buenos ojos este proceso que se está dando de concentración en la industria frigorífica que, sabemos, perjudica a la cadena hacia atrás, perjudica a los productores, primero a los invernadores, a los grandes, y después, con más dureza aún, a los criadores, a los pequeños. No podemos ver eso con buenos ojos. 
Ahora, esto no solamente es consecuencia de un cambio en la estructura de las empresas.
Porque hoy ya hay posiciones dominantes. No aparecen con esta compra. Ya hoy hay que tres empresas se ponen a tomar un café una vez por mes.
Y ahí fijan parámetros. Y el abuso en esa materia no va a depender estrictamente de esta... sino que ya tiene que ver con las relaciones en la cadena cárnica, a los cuales se suman mecanismos que tenemos que revisar. Porque también se utilizan ¿verdad? e inciden en la capacidad de negociación de las empresas.
Me refiero, por ejemplo, al seguro de paro extendido. Me refiero, por ejemplo, a la utilización de corrales...

3- Sobre el tema tributario. ¿Qué criterios generales o principios rectores, para una política tributaria que le permita avanzar en competitividad al país? 

3- La política tributaria tiene que tener un enfoque global y aún así incorporar las especificidades sectoriales.
Estamos hablando de impuestos. Impuestos se llaman impuestos porque hay que imponerlos. Si fueran voluntarios difícilmente tuviéramos un marco posible de financiar las políticas públicas.
Y no siempre hay que razonar impuestos y rol del Estado en oposición a los beneficios para el mercado y para las empresas. Se hizo ya alguna reflexión sobre algún sector y yo agrego la política de trazabilidad que valorizó la producción agropecuaria y que surgió de una política de Estado. Por lo tanto tenemos que ir en la dirección de tener políticas más inteligentes pero entendidas también en ese sentido.
La presión tributaria la presión fiscal sobre el sector agropecuario es elevada es debemente menor al de prácticamente todos los otros sectores de la economía pero justamente el tema no pasa por ver si hay que incrementar o no la presión tributaria. Creo que el tema pasa por tener una política tributaria, yo recuerdo cuando se discutió la reforma tributaria en el 2006-2007 que uno de los objetivos era que la tributación además de la equidad además de la simplificación y la racionalización del sistema era ser consistente con los estímulos a la inversión.
Ahí creo que es donde tenemos que poner el foco y para eso yo comparto la idea de que tenemos que racionalizar el tema de los impuestos ciegos porque siempre es más fácil pagar impuestos cuando las cosas van bien y es más difícil pagar impuestos cuando las cosas van mal y también el estímulo desde el punto de vista fiscal en función de los objetivos de la política económica y de la sociedad. Hay que estimular desde el punto de vista de la ley de inversiones y la Comap por supuesto que aquellas que tienen que ver con certificaciones ambientales, con incorporación de tecnología, etc. Estamos completamente de acuerdo en ponderar más ese tipo de elementos a la hora de definir cuánto beneficio fiscal obtienen las empresas en los procesos de inversión.
Así que vamos a trabajar en mucho diálogo con el sector agropecuario para ayudar a la productividad, para ayudar a la competitividad para ayudar a tener las mejores reglas posibles, para que el sector agropecuario siga siendo pujante, siga teniendo un rol fundamental en la producción, en el desarrollo y la exportación del país.