Quiero referirme hoy a un tema de suma actualidad, pero no a manera de crítica y mucho menos de descalificación, sino para reflexionar entre todos, teniendo como eje al ciudadano común, receptor fundamental de los efectos negativos de toda la problemática, cuando esta se plantea.

Estamos viviendo precisamente situaciones muy preocupantes, derivadas de las inclemencias climáticas que soportamos desde hace varios días.

Fenómenos climáticos que ocurren cada vez con más frecuencia y que no estamos capacitados, en lo personal, para determinar sus causas, aunque los entendidos en la materia la atribuyen una y otra vez a la pésima conservación del medio ambiente que estamos realizando los humanos.

Pero sí queremos reflexionar sobre eventuales responsabilidades que tenemos todos, respecto de los verdaderos desastres producidos por estos fenómenos que afectan a la población de nuestro departamento y principalmente a la más vulnerable.

Esa reflexión debe comenzar por nosotros mismos, como ciudadanos, para saber enfrentar la falta de cuidados preventivos en nuestra manera de actuar frente a estas adversidades climáticas.

También como políticos y en nuestra condición de ediles tendríamos que revisar, por ejemplo, las ordenanzas, si es que existen, sobre instalación de antenas de gran porte en las zonas urbanas y pobladas.

No estuve en la anterior legislatura, pero se que ha habido iniciativas en este sentido, pero sinceramente ignoro qué trámites se les dio, si es que se resolvió algún trámite, porque los hechos demuestran que no existe o si existe no se cumple y no se controla.

Sería entonces necesario legislar prontamente en la materia, a manera de prevención, para que, por ejemplo, una antena que ya se ha caído dos veces, no vuelva a instalarse en zona de riesgo para la gente.

Desde el punto de vista del gobierno departamental se hace necesario también que revisemos la forma en que se cumplen algunas tareas imprescindibles, como lo son la poda de árboles, la reposición de especies ya vetustas, como asimismo la adecuada limpieza de las llamadas bocas de tormentas y desagües pluviales en ciudades y pueblos del departamento.

Hacer hincapié particularmente en los mantenimientos adecuados para estas actividades que parecen simples, pero que, a la hora de enfrentar estas problemáticas del clima, son fundamentales.

En ese mismo marco de reflexionar sobre responsabilidades, UTE tendría que realizar un mayor y mejor mantenimiento de líneas áreas, sobre todo de aquellas que están ubicadas junto árboles, cuyas ramas constituyen una amenaza para las mismas.

Lo mismo ocurriría con OSE y ANTEL en sus respectivas competencias, tratando siempre de minimizar los riesgos de cada servicio, para la población en circunstancias de enfrentar estos fenómenos climáticos.

Algo más de lo nuestro, tendría que ser una legislación clara, sobre el cableado de las empresas que ofrecen los servicios de Televisión por cable, porque visiblemente podemos afirmar que hay zonas donde el tendido deja muchísimo que desear y tiene consecuencias siempre negativas.

En fin, creo que de todo lo malo que nos ha pasado en estos días con el clima y de enorme importancia para las víctimas directas de sus consecuencias, tenemos que sacar nuestras propias conclusiones, sin culpar a nadie, sino asumiendo responsabilidades y aportar nuestro granito de arena, desde nuestro lugar, para solucionar este tipo de problemas que tanto afectan a nuestra gente.

Estamos seguros que tirando todos para el mismo lado, trabajando con el objetivo de encontrar las mejores soluciones, estaremos dando pasos que en el futuro permitan hacer efectivo el concepto básico de prevenir antes que curar.

Que mis palabras pasen al Ejecutivo Departamental, a los Directorios de UTE, ANTEL y OSE, a las empresas de televisión por cable y se radiquen en la comisión que usted crea conveniente.

Muchas gracias señor presidente.