Integrantes de la Unión de Instituciones Tradicionales de Soriano estará participando del Cruce de los Andes.  Como lo adelantáramos será desde el 19 al 28 de enero, contando con la presencia de unas 50 personas, de los cuales 16  son marcheros de Soriano. De ese grupo participan 5  mujeres.

La recreación del  cruce de la cordillera de los Andes  se realiza en el marco de una marcha que homenajea al Gral. José de San Martín y su Ejército libertador.

Los  sorianenses

La delegación de Soriano la componen Gonzalo Pereira,  Melissa Pereira, Romina Pereira, Hugo Pereira, Juan Nuez, José Méndez,   Ademar Cabrera, Eugenia Cabrera, Yoel Isla, Mateo Viurrarena, César Aunchayna, Gabriela Meyer, Guillermo Meyer, Rosana Álvarez, Carlos Bionda y Tomás Bionda.

Dimensionar los hechos históricos desde el terreno

Gonzalo Pereira, presidente de  la Unión de Instituciones Tradicionalistas de Soriano en  diálogo con @gesor comentó algunos pormenores de esta  travesía que para los marcheros sorianenses significará todo un desafío, en  virtud de la topografía que deberán enfrentar.

¿Cómo surgió esta iniciativa? ¿Cuál fue la motivación?

-“Primero decirte que no sé si somos los primeros sorianenses  que haremos este cruce. Creo que no. Ha habido gente de Soriano que lo ha hecho  individualmente tengo entendido.  Me gustaría  marcar eso, que  creo que no somos los primeros.

La idea de esto  surgió cuando  la Unión de Instituciones Tradicionalistas de Soriano fue invitada,  ya hace algunos años a recrear o a rememorar cruces históricos,  como como lo fue la Batalla de Salta,  que estuvimos en el 2011. Hace poco tuvimos por los 202 años de la muerte de Miguel de Güemes en Salta.

Desde setiembre que lo venimos hablando, tratando de organizarlo”.

¿Cuántos días va a implicar el cruce?

-“El cruce sale el 22 y ha habido veces que se ha podido hacer en cuatro días.  Son 150 kilómetros, si el tiempo acompaña serían cuatro días, pero a veces se ha llevado más de una semana.    Ocho o diez  días según cómo esté el tiempo, y el   camino.

Este cruce lo hacen una vez al año y hasta el año siguiente no se sabe, puede haber algunos inconvenientes en el camino”.

150 kilómetros que para ustedes que están acostumbrados a desarrollar marchas puede no resultar un desafío muy importante, pero sí en el terreno complejo como es la topografía de los Andes.  ¿Para los jinetes requiere una preparación  especial?

-“Ese es el mayor desafío que tenemos. Nunca hemos andado en ese tipo de terreno y no tenemos preparación previa ninguna.

Mucha gente ha salido a trotear, pero la verdad que nosotros ni andar a caballo. Nos juntamos dos o tres días antes de ir a una marcha y acá hemos recorrido acá a distancias de 600 kilómetros y no nos han hecho nada. Pero el desafío va a ser la montaña.  No sabemos lo que podemos encontrar. Por eso tenemos que ir preparados para lo que salga”.

¿Cada participante va con un solo animal? ¿Llevarán caballos de repuesto? ¿Cómo va a ser la dinámica?

-“El grupo lleva un animal cada uno y para el resto del grupo.  Nosotros somos llevamos tres animales más de repuesto. El desafío no es para los animales, los animales son de la zona, están acostumbrados a ese tipo de terreno. Me contaba el guía que el desafío es para las personas”.

¿No son animales de Soriano?

-“No, son animales de esa zona, que están acostumbrados a hacer ese recorrido. Todos los animales tienen más de cuatro o cinco pasajes hechos por esos lugares, entonces están acostumbrados a hacerlo.  Las distancias que recorren ellos no son grandes, no van a ser más de 20 o 30 kilómetros por día, que es algo para un caballo muy sencillo.

A las personas, por el apunamiento o por diferentes motivos se les puede complicar”.

Suponemos que irán acompañados con algún cuerpo médico, con asesoramiento  sanitario.

-“Sí, va un cuerpo médico,  oxígeno, pero va de campamento a en campamento.

Desde que partimos del kilómetro cero hasta los 30 kilómetros no llevamos acompañamiento médico. A los 30 kilómetros en el campamento nos está esperando, porque hacen otra ruta, no pueden ir por la misma ruta que todos los caballos”.

¿Desde qué localidad están saliendo?

-“Estamos saliendo de la provincia de La Rioja, del pueblito se llama Vinchina”.

Lo más importante que queremos hacer es ir a un campamento histórico muy importante que fue el famoso: Comecaballo. Está entre Argentina y Chile, está en el límite”.

¿Qué características tiene y por qué quieren llegar ahí?

-“Por la historia. Fue uno de los campamentos donde estuvo la mayor parte de la cruzada de San Martín alojada. Donde fueron las épocas más difíciles, donde fue lo más complicado del cruce de los Andes”.

 Ustedes en gran medida, como unión tradicionalista, estarían siguiendo los pasos de lo que fue el derrotero de Venanci Benavídez,  que terminó peleando  en  Perú  (ver:  https://www.agesor.com.uy/noticia.php?id=15724 )  En gran medida van a estar representando eso también.

-“Nosotros todo lo que nos interesa es ir buscando parte de nuestra historia ir conociendo  en  mayor detalle. Ese es el motivo principal por lo que hacemos este tipo de marchas.

Estamos muy contentos por poderlo hacer por haber podido lograr todos los contactos, por tener casi todo definido. Es una expectativa grande. En el grupo van a ir cuatro mujeres, también es un desafío importante. Son mujeres que están acostumbradas al caballo. Acostumbradas a  hacer 500, 600 kilómetros como nosotros,  pero no a este tipo de terreno. Por eso es un desafío extra.

La verdad que conocer lo que hicieron nuestros antepasados por libertar nuestras tierras y verlo desde el mismo lugar, desde el mismo terreno donde pasaron las cosas es muy importante”.

Hazaña universal

El Cruce de los Andes fue un conjunto de maniobras realizadas por el Ejército de los Andes de las Provincias Unidas del Río de la Plata —actual Argentina— y tropas chilenas exiliadas en la ciudad de Mendoza, entre el 12 de enero y el 9 de febrero de 1817, para atravesar con una fuerza de 4.000 soldados regulares y 1.200 milicianos la cordillera de los Andes desde la región argentina de Cuyo hasta Chile, y enfrentar a las tropas realistas del Imperio español que allí se encontraban. Formó parte del plan que el general argentino José de San Martín desarrolló para llevar a cabo la Expedición Libertadora de Argentina, Chile y Perú.

Fue apoyado por la Guerra de zapa, dirigida por el chileno Manuel Rodríguez. Es considerado como uno de los grandes hechos históricos de Argentina y Chile, así como una de las mayores hazañas de la historia militar universal.

Carlos Eduardo Larrosa, investigador del Instituto Nacional Sanmartiniano, comenta que no existe un consenso unánime pero mayoritariamente se considera al 17 de enero de 1817 como la fecha más trascendente del Cruce de los Andes. Si bien las seis columnas que partieron hacia la cordillera lo hicieron en diferentes fechas, se toma como referencia para conmemorar el aniversario del inicio del Cruce de los Andes la partida de la columna al mando del General San Martín.

“Hay autores que mencionan el 18 y hasta el 19, pero no es relevante la fecha exacta. ´Un día 17 del primer mes de 1817´refuerza la significación simbólica-histórico-jurídico-política de esa partida de un Ejército Libertador de una Nación Independiente, compuesto mayormente por argentinos y chilenos, para garantizar el cumplimiento de un Plan Continental que aseguraría la Independencia de la Argentina y se proponía lograr la de Chile y de Perú”, analiza Larrosa.

Si bien el General San Martín no fue el primero en cruzar los Andes -en 1811 lo había hecho el Coronel Manuel Dorrego-, sí lo fue como parte de la estrategia militar de liberación que San Martín comenzó a planificar durante los tiempos en que estuvo al frente del Ejercito del Norte.

El Cruce de los Andes

El plan de San Martín y sus colaboradores contemplaba dividir el ejército en seis columnas a lo largo de más de mil kilómetros de ancho entre La Rioja y el sur de Mendoza. Las columnas ingresarían por seis diferentes pasos y debían llegar de manera sincronizada a un punto en común, donde organizarían la ofensiva para tomar la ciudad de Santiago de Chile.

El desafío era vencer las hostilidades de la naturaleza y al enemigo con un ejército numerosos: 4.000 soldados de combate, y unos 1.400 hombres destinados a otras tareas, como transporte, abastecimiento y sanidad. Para transportar el material bélico se incluyeron 10.000 mulas y 1.600 caballos para peleas en el llano; 600 reses en pie para ser faenadas en el camino. Entre el armamento llevaban 900 mil tiros de fusil y carabinas, 2.000 balas de cañón a bala, 2.000 de metralla y 600 granadas.

El 5 de enero se realizaron las ceremonias de partida de las tropas. Eligieron a la Virgen del Carmen de Cuyo como Patrona y se enarboló la bandera del Ejército de los Andes con el diseño de una franja azul y otra blanca. El 9 de enero comenzó el avance y entre el 12 y el 19 se inició el cruce las distintas columnas.

La columna principal, compuesta por Miguel Estanislao Soler en la vanguardia, Bernardo O’Higgins en el centro y José de San Martín en la retaguardia, cruzó por paso de Los Patos. La segunda columna en importancia estuvo al mando del general Juan Gregorio de Las Heras lo hizo por el cruce de Uspallata. Las cuatro columnas secundarias se dividieron dos por el flanco norte y las otras dos por el flanco sur, con el objetivo de confundir y distraer al enemigo para enmascarar el movimiento principal.

La marcha entre O'Higgins y San Martín llevaba siete días de diferencia, sin embargo, mediante chasquis, los libertadores mantenían conversaciones a diario.

"Acabamos de ganar completamente la acción. Un pequeño resto huye precipitadamente. Nuestra caballería les persigue hasta concluirla. La Patria es libre. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. Cuartel general en el campo de batalla en Lo de Espejo 5 de abril de 1818".

El ejército atravesó la cordillera para reunirse las columnas, entre el 9 y 10 de febrero, en Curimón, valle del Aconcagua. La sincronización del plan fue perfecta. El 12 de febrero de 1817, el Ejército de los Andes realizó un ataque envolvente desde todos los ángulos sobre el ejército realista. La Batalla de Chacabuco fue una victoria. El Ejército Libertador hizo una entrada triunfal en Santiago de Chile el 14 de febrero. Después de la Batalla de Chacabuco, las tropas realistas se retiraron a esperar los refuerzos de un ejército de auxilio enviado desde Perú. Una vez reorganizados, los realistas avanzaron hacia Santiago y el 19 de marzo de 1818 se produjo un revés en el Combate de Cancha Rayada y el ejército libertador fue vencido.

A los diecisiete días llegó el desquite con la victoria final en la Batalla de Maipú, donde el ejército realista fue derrotado en forma definitiva, quedando asegurada la independencia de Chile.

“Al ejército de los Andes queda para siempre la gloria de decir: en veinticuatro días hemos hecho la campaña, pasamos las cordilleras más elevadas del globo, concluimos con los tiranos, y dimos la libertad a Chile, dijo San Martín en Chile después del cruce.

Pero el Plan Continental no había terminado. Quedaba otra hazaña heroica por resolver: derrotar la sede del poderío realista en la ciudad de Lima e iniciar el proceso de liberación del Perú.

(*) fuentes Wikipedia, y https://www.cultura.gob.ar/

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