Sin saber muy bien la razón o el para qué, algo me lleva a escribir esta carta; tal vez sólo la empatía de saber que cuando estamos en ciertos lugares de visibilidad pública y social, es cuando más valoramos las muestras de reconocimiento sincero y descontracturado, al estar éste, libre de expectativas personales. A mis 49 años, nacida y criada en la zona sur de este bendito país, oscilando entre Montevideo y las costas atlánticas, pero habiendo transitado también, por algunas de mis profesiones, el interior del país, puedo escribir con la libertad de no tener ningún compromiso político ni de otra especie con usted ni con el movimiento que representa (salvando tal vez como excepción una cierta mirada que se pregunta con curiosidad como verían su gestión y accionar mis ancestros que, de algún modo, han dado nombre y existencia a lo que hoy conocemos como Partido Nacional). Y la inspiración para esta escritura nació anoche, ya que estuve presente, entre tantos otros seres humanos, en el “boliche de Golly” ahí en el kilómetro cuatro y medio de ruta 14 en la esquina del camino vecinal que entra para el “paso de la Cruz” y “Villa Mariana”, en el límite del barrio Pense en el ejido de Mercedes, Soriano, (referencias geográficas en las que me deleito como ejercicio de ponerme en lugar, en contexto, y considerando tal vez la posibilidad de que algún foráneo tenga la disposición de comprender en qué paisajes se produce y se siembra la intención de cambios y acciones político-sociales- económicas).
Llegué antes de las 19.00 horas, porque el encuentro con usted estaba programado a esa hora y no éramos, en ese momento, más de cinco personas. Usted llegó casi dos horas más tarde y vi que saludó a uno por uno de las más de 50 personas que a esta altura éramos, y con muchos de ellos, entre los que me encuentro, tuvo palabras afectuosas o de reconocimiento. Después me enteré que venía de Palmar y Tala y de haber tenido una larga jornada y que cualquier atisbo de mal humor (no fue mi caso ya que hace tiempo me dedico a disfrutar de lo que la vida me va poniendo por delante y ver lo maravilloso que sucede ante esa entrega), que hubiera podido notarse entre los presentes, por haberlo esperado durante esa hora y media larga se había diluido sólo con ese hecho de saludar, conocer y reconocer a quienes lo esperábamos. Le quiero aclarar que no soy de “su palo político” pero por circunstancias que no corresponden aclarar me he acercado a escucharlo y a, en mi lenguaje, sentir su alma. Y me he encontrado con un ser que denota humildad, carisma, don de bien, que siente de corazón estar comprometido con la comunidad del departamento de Soriano y que, según cuentan, esto ocurre desde hace 30 años o tal vez más.
Me gustó mucho que hiciera mención en varias oportunidades al concepto de lealtad hacia quien Ud. considera, por varias causas que enumeró, su líder político y que, desde mi punto de vista nunca hubiera pensado en apoyar, respaldar, y mucho menos votar a dicha persona.

Tengo claro que este próximo domingo 30 de junio no se vota ni Presidente ni Intendente sino, como Ud. bien lo expresó, se eligen a aquellas personas que tendrán la responsabilidad de definir quién será el candidato único a la presidencia por cada partido político en noviembre de este año y, llegado el momento, quién, o quiénes, serán los candidatos a Intendente en mayo del 2020. En el caso de presidente deberá haber un candidato único y, por lo que dicen las encuestas, que también son productoras de opinión pública, su candidato a presidente no lleva precisamente las de ganar, y sin embargo Ud. sabiendo eso, conociendo el enorme capital de votos que se ve Ud. tiene en Soriano, no sólo usando un lenguaje acorde al contexto, no se “apea” del caballo sino que “acomoda el recado” y ajusta la cincha para seguir en esa línea política en la que Ud. anda desde hace tantos años. Llama la atención que un político en nuestro país siga siendo leal en un marco de posibilidades poco halagüeñas que, en un principio, tiende a repetir lo sucedido en las elecciones internas del 2015. Esto, desde mi punto de vista, lo enaltece. Enaltece que disponga su capital de votos para sostener a alguien que, a priori, no parece llevar las de ganar y más en un mundo de “modas” y de “olas” en el que a la mayoría les gusta ir con el “ganador”, ganador que no parece estar en su “línea política”.

Otra cosa que me gustó de sus palabras fue que en ningún momento necesitó rebajar a nadie, ni siquiera a quienes no son integrantes de su colectividad política. En todo momento se dirigió con respeto, altura e, incluso, me animo a decir que lo hizo hasta con un cierto afectuoso reconocimiento incluyendo a la fuerza política que hoy está representada en el gobierno nacional.

Sé que Ud. se ha brindado en cuerpo y alma hacia su comunidad del departamento de Soriano, que habrá tenido altibajos y claroscuros como cualquiera de nosotros en cualquier ámbito de la vida. Lo sentí hablar, sentí su alma, sentí su claridad humana y sentí que votar la lista que lleva a los convencionales que lo elegirán como candidato a Intendente de Soriano para el 2020 era algo natural, sencillo y hasta si se quiere: un honor. También sentí el amor en su tono de voz al dirigirse a la persona que es su candidato a presidente en estas internas denotando reconocimiento y lealtad por la trayectoria compartida en estos casi 30 años de “cabalgar juntos”. Reconocimiento y lealtad, principios y valores que no están precisamente de onda ni de moda. Por eso lo del título: cuando la lealtad es un valor superior.
Cuente con mi reconocimiento a su lealtad este 30 de junio. Gracias.  Atentamente.      Agua Bendita