La historia de Johel Leonel Sierra González o Sierra Soria, según se dijo en la audiencia en la que estuvo presente como único medio @gesor, es de un integrante de una familia en conflicto permanente con la ley y que involucra a varios hermanos y también a progenitores que los han protegido a lo largo de los años.
Han pasado por centros de INAU, hoy de INISA, el hecho que los delitos cometidos como menores de edad se borren al cumplir la mayoría de edad, hace que la ficha, en este caso de Johel, no registre otros hechos gravísimos en los que tuvo participación siendo adolescente y prácticamente niño, en varios de ellos junto a otros hermanos.
Una familia que los vecinos han "sufrido" durante años.
La de Johel la vamos a resumir en algunos hechos que tuvimos oportunidad de participar directamente, convocados por sus propios progenitores y que muestra que el proceder periodístico ha sido absolutamente objetivo, ajustado a las normas que regulan la convivencia, ya sea las leyes se violen de un lado como del otro.
Cuando Johel era un adolescente, saliendo recientemente de la niñez, cometió un hecho en el que hubo pleno convencimiento de su participación pero no se lograron las pruebas necesarias para responsabilizarlo ante la Justicia. Utilizando bomba tipo molotov, incendio la moto de un funcionario policial que estaba en el patio interior de la casa de este policía, en represalia por un procedimiento.
Como no se pudieron lograr pruebas en su contra, pero sí existía el pleno convencimiento tanto en el entorno policial, y también era de conocimiento de sus allegados, que Johel había sido partícipe de ese hecho, el policía que sufrió el incendio de la moto, junto a otros, decidieron hacer justicia por mano propia y el padre de Johel nos convocó a su casa para denunciar la golpiza que había recibido su hijo. Concurrimos, fuimos testigos de las marcas que tenía, se realizaron las investigaciones y reunieron las pruebas suficientes para procesar a cuatro funcionarios policiales por abuso de autoridad.
Pero Johel que allí aparecía como víctima, lejos de encaminar su forma de vida, junto a otros hermanos, eligió el camino de sembrar el miedo a los vecinos, amenazar y atentar contra ellos y la propia Policía.
Así participar en el incendio de al menos un par de viviendas del barrio Esperanza, siendo aun menor de edad, en ocasiones se enfrentaba con la Policía en procedimientos que llevaba adelante ésta.
Estos son algunos hechos que pintan lo que es quien hoy cruza la línea y mata a un adolescente, hiere a otro joven y dispara a otras dos personas que logran escapar, todo sin un motivo aparente, según lo que surge de la audiencia.
Como mayor registra un antecedente judicial por el delito de lesiones graves especialmente agravadas sucedidas el 10 de mayo de 2015 y cuya sentencia quedó ejecutoriada el 6 de abril de 2017. Se trata de un enfrentamiento en el que junto a otros mayor y un menor agredieron a policías y los lesionaron en la rambla a la altura de calle Ituzaingó.
El 9 de enero de 2019 decidió ir más allá y terminar con la vida de un adolescente de 17 años y atacar otras tres personas hiriendo a una de ellas.
De todas maneras, la guapeza se le termina a Johel cuando le pide a su abogado que le diga a la Jueza que interceda ante el INR para que no lo envíen a los centros de reclusión donde hay familiares de la víctima porque teme por su vida. El mató, y ahora pide al Estado que lo proteja, justamente él, que desde prácticamente niño, sembró el miedo en sus vecinos, junto a sus hermanos y otros familiares y amigos.