(Por Enrique Lécaille) Oriunda de Adrogué, ciudad cabecera del partido de Almirante Brown, al sur de la ciudad de Buenos Aires, Jacqueline Becerra es una Ingeniera Agrónoma que desde hace pocos años reside con su esposo, también argentino, y una hija, en Los Arrayanes, el pequeño núcleo residencial ubicado junto al río Negro, frente a la ciudad de Mercedes. En la actualidad ejerce la vicepresidencia de la comisión de vecinos de ese sector urbanizado perteneciente al departamento de Río Negro. 

“Vivir aquí es como vivir en el paraíso”, dijo con entusiasmo a la Agencia Soriano de Noticias, al destacar el ambiente tranquilo y agreste que se respira en Los Arrayanes, y la hermosa panorámica que se tiene de Mercedes. La Ingeniera Becerra valora también los arreglos públicos que se están haciendo para mejorar el lugar, como por ejemplo el acondicionamiento de la pequeña Plaza Chfflet, cuya remodelación fue inaugurada este domingo, como @gesor informa por separado. En ese sentido, señaló la forma articulada en la que están trabajando las Intendencias de Río Negro y Soriano, en forma conjunta con la comisión vecinal que ella integra. “Si bien desde el punto de vista administrativo pertenecemos al departamento de Río Negro, la mayoría de las familias que vivimos en Los Arrayanes nos trasladamos a diario al departamento de Soriano, porque trabajamos o estudiamos en Mercedes. Y por fortuna estamos logrando que ambas Intendencias se interesen por mejorar la calidad de vida de nosotros. En estos momentos, por ejemplo, la Intendencia de Río Negro está trabajando intensamente en el arreglo de las calles internas, labor que terminará en pocos días, lo cual nos beneficiará a todos los habitantes que estamos aquí, que somos unos 700, aproximadamente, pero también, desde luego, a los visitantes, que cada vez son más”, comentó, enfatizando al respecto la presencia incluso de extranjeros. “Dos veces al año viene gente de Alemania a disfrutar de los Arrayanes, a través de un intercambio gestionado por un señor que reside aquí y que tiene tres nacionalidades, una de ellas la alemana”, dijo al respecto. “A veces uno va al almacén y escucha gente hablando en alemán o e inglés”, agrega. Y remata su testimonio con una ocurrencia familiar: “Mi suegro siempre dice con picardía que cuando mi esposo y yo muramos, nos vamos a ir al infierno, porque asegura que ahora estamos viviendo en el paraíso, y es verdad, porque este lugar es increíble”.

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