(Cardona, por Sebastián Cáceres) Dijo que no se retiró contenta de Cardona tras la decisión tomada por la Asamblea de Groinca, que no le dio el aval a la Federación Láctea para procurar el reintegro de los dos funcionarios despedidos, porque en la base de esta discusión va implícita la defensa de la clase trabajadora. Igualmente considera que no hubo señales de los afectados por esta situación como para acercar posturas y lograr que la mayoría del sindicato pudiera acompañarlos. La Presidenta del Plenario de Trabajadores de Soriano, Carolina Silva, entiende además que la estrategia negociadora de la Federación Láctea, no fue la más conveniente.

¿Cuál es la reflexión que le queda tras la decisión tomada por la Asamblea?

- No nos vamos contentos. Hubiéramos querido un mejor resultado. Sin reconocer lo que ya había resuelto una asamblea de Groinca, consideramos que se debió darle la derecha a la Federación y a los integrantes del Secretariado del Pit-Cnt para que fueran ellos los encargados de ir al Ministerio de Trabajo y ver si podían de alguna manera convencer a la patronal para que reintegrara a los compañeros Lázaro Pereira y Alfredo Cordara. Ellos fueron despedidos porque la patronal les tipifica abandono de trabajo. La Federación planteó en su momento que Groinca dijera que no había sido abandono de trabajo sino una medida sindical. Eso no lo podíamos llevar, porque significaría que la directiva del sindicato se desdijera de lo dicho en primera instancia. El camino del medio hubiera sido que el sindicato no diera la batalla, pero sí la Federación. A la actual directiva por un lado se los tilda de estar cerrados en una posición, pero por otro tampoco ha habido cambios de actitud de la otra parte. En realidad no fue lo que queríamos que sucediera, porque los compañeros de Groinca ven el árbol, nosotros miramos un poco más allá y observamos el bosque.

Más allá de las diferencias internas existentes, ¿de qué manera se explica que un sindicato no defienda a trabajadores?

- En una de nuestras intervenciones me refería a que el sindicato tiene que defender a todos los trabajadores afiliados o no, ese es un concepto de clase, porque un trabajador en relación de dependencia, explotado en una sociedad capitalista como la que vivimos necesita ser defendido más allá de su filiación o no. Pero se precisan señales de las dos partes. Ellos (los trabajadores despedidos) cometieron errores que no los podían haber cometido jamás, a pesar de tener una experiencia sindical más amplia. Los que están actualmente, con menos trayectoria no han sabido perdonarlos y ahora no se les puede pedir que tengan madurez y sensibilidad suficiente cuando recién empiezan y le perdonamos todo a los que hace tiempo están en la actividad sindical.

Esta decisión que se adoptó, ¿no es una señal de triunfo para la empresa que se apresta a una reestructura que implicaría pérdida de fuentes de trabajo?

- La reestructura se dará igual en mayor o menor medida, que sea más o menos dañina para los trabajadores va a depender de la directiva y la fuerza que le ponga la Federación en ésto y todo el movimiento sindical organizado. Con lo sucedido en la Asamblea suponemos que los problemas internos se tienen que terminar, de hecho hay compañeros de la otra corriente que se han reincorporado al trabajo y las noticias que tenemos es que están trabajando bien, tranquilos en la interna sindical.

Usted ha seguido de cerca todo este proceso, ¿por qué considera no se dio el aval a la Federación para que gestionara el reintegro de los trabajadores despedidos?

- Para mí la estrategia de la Federación Láctea no fue la más inteligente. Ellos arrancaron con amenazas, de que si hacen esto, harían lo otro y eso generó un descontento de los compañeros que no se terminó de laudar. Aparte en un ámbito de negociación no podés ir con 15 personas, si se van a negociar cosas complicadas no se puede llevar esa cantidad de personas, tienen que ser dos o tres y los mejores interlocutores. Creo que la Federación falló en la selección de los mejores hombres o mujeres para la negociación.