El equipo de @gesor agradece desde ya vuestro aporte, el que nos permitirá seguir creciendo y brindando cada vez más contenido.
Moneda | Compra | Venta |
38.05 | 41.05 | |
0.05 | 0.35 | |
7.23 | 9.23 | |
40.54 | 45.39 |
(Escribe prof. Alejandro Carreño T.) Comienzo esta columna con una aclaración conceptual: la palabra "weona" es una de las deformaciones con que los chilenos nos referimos a "huevona". Aunque la RAE entrega tres definiciones para el concepto, "perezoso", "imbécil" y en Honduras y Nicaragua, "animoso y valiente", para nosotros los chilenos, cuando usamos la palabra "huevón" nos referimos a una persona que puede tener connotaciones positivas o negativas. Por ejemplo: "Este huevón es buena gente" o "Puta el huevón maricón". Pero, en el caso que le da título a esta columna, simplemente es "imbécil", más aún, considerando el contexto en que se encuentra, precedida de "patético", cuyo significado en su segunda acepción es, según la RAE: "Penoso, lamentable o ridículo".
La palabra "weona" en sí no tiene nada de extraordinaria, pues forma parte del folclor lingüístico nacional, lo mismo que "huevada", que nosotros la convertimos en "weá", para referirnos a cualquier cosa, sea buena, mala o tenga cualquier otra cualidad: "la weá rica", la "weá mala", "la weá chistosa". En fin, usted la aplica como quiera. Pero, por supuesto, en la vida cotidiana sin compromisos formales de ningún tipo, entre amigos. ¿Se imagina usted un profesor, un periodista, un político, un ministro de Estado, un cura, un abogado, con el "weón" o la "weona" o la "weá" para arriba y para abajo, en el ejercicio su profesión? Claro que no, porque el respeto comienza por casa, por uno mismo, para que podamos darle dignidad a nuestro oficio.
El título de esta columna me lo regaló nuestra ministra del Interior y Seguridad Pública, cargo que, en ausencia del Presidente de la República, ocupa su lugar. Su nombre: Carolina Tohá, uno de los personajes más siniestros del gabinete ministerial. La ministra Tohá se ha caracterizado desde el principio como un personaje arrogante, agresivo, prepotente, zafio y cínico. Su conducta cuestionada tanto por parte del oficialismo como por la oposición, y cuestionada masivamente en todas las redes sociales, es símbolo de un gobierno sin futuro, decadente y mediocre, que ha llevado al país, en solo dos años, a un descalabro tal que demoraremos décadas para recuperarnos del daño acumulado.
La nueva agresión verbal de la ministra Tohá se dio en el contexto de una ceremonia en la comuna de Renca, en el sector norponiente de Santiago, con serios problemas de delincuencia. Una de las concejalas de la comuna, Camila Avilés, se acercó a la ministra para exponerle los problemas de seguridad que aquejan a la población. La ministra se encontraba al lado de una persona de la tercera edad, como se aprecia en el siguiente link del medio biobiochile.cl: https://www.youtube.com/watch?v=1UOfm7-7qdM, con su clásica sonrisa cínica y despreciativa, escuchó a la concejala para luego agredirla, sin perder ni la cínica sonrisa ni su tono burlón y despreciativo: ¡Qué show más patético, weona!
Cuando una autoridad como Carolina Tohá, encargada de la seguridad de un país indefenso, en manos de delincuentes comunes, narcotraficantes y terroristas, responde como una patana a una autoridad, preocupada por los altísimos niveles delictivos de su comuna, se comprende la razón de por qué las cosas no están funcionando en Chile. Y pensar que ayer nada más mi país era visto como el alumno aplicado de la región, pero que hoy, en manos de mediocres e incompetentes, pero groseros y arrogantes con el poder que ostentan, se sienten superiores moralmente y con el derecho de ofender, denostar y humillar a todo aquel los incomode.
Sí, ¡qué show más patético el de Carolina Tohá, la ministra del Interior y Seguridad Pública de Chile! Una vergüenza que nos avergüenza.
Parodiando a Mario Varias Llosa, a Chile lo jodieron cuando se inició el estallido delincuencial que llevó a esta patota de aprendices virulentos a La Moneda.
A los lectores de @gesor que realizan comentarios, en particular a quienes ingresan en la condición de incógnito, no se molesten en hacer comentarios ya no son publicados debido a que no dejan registro de IP ante eventual denuncia de alguna persona que se sienta dañada por ellos.
Igualmente reiteramos lo que hemos escrito en anteriores oportunidades, que pueden referirse con la dureza que se entienda pertinente pero siempre dentro del respeto general y no discriminando ni agraviando, o con expresiones que de alguna manera inciten a la violencia. Los comentarios son una herramienta maravillosa que debemos preservar entre todos.