Los mayores  logros de Uruguay en Juegos Olímpicos son las dos medallas de oro conseguidas en fútbol (1924 y 1928), cuando los celestes hicieron historia capitaneados por José Nazassi (“El Mariscal”), pero es bueno no perder de vista las verdaderas hazañas de deportistas de otras disciplinas que sumaron preseas a pesar de las ventajas que suele dar el deporte uruguayo. Y en ese sentido vale destacar los triunfos alcanzados en básquetbol, remo, box (a través de Washington Rodríguez, medalla de bronce en 1964) y ciclismo, con el sanducero Milton Winants (medalla de plata en Sidney). 

Ahora, cuando el mundo entero mira hacia Londres, en Soriano las imágenes que a través de la televisión llegan desde la capital inglesa agitan los recuerdos de unos pocos elegidos que tuvieron el honor de representar a Uruguay en las cumbres del deporte olímpico, como Ruben Etchebarne, Jesús Posse o Javier García, el de más reciente participación.

La herencia de Leonel Rocca

Tras la participación de Leonel Rocca en Londres 1948, otro ciclista sorianense iba a inscribir su nombre a nivel olímpico, y no una sino dos veces: Ruben "Vasco" Etchebarne (foto).

Su historia es la de muchos otros deportistas uruguayos, con un origen caracterizado por los apremios económicos y con una meritoria carrera basada en el sacrificio, pero favorecido por la naturaleza con una fortaleza física que lo volvió arrollador sobre una bicicleta. 

Corriendo por el Club Ciclista Atenas de Mercedes, Etchebarne se ganó un lugar destacado entre los grandes velocistas de su época, hasta ser designado para defender a Uruguay, lo que hizo de manera exitosa, aunque teniendo que sobreponerse a dificultades o carencias insólitas. En cierta competición internacional, la "9 de Julio" de San Pablo, a la hora de salir a la ruta el corpulento ciclista sorianense no disponía de la malla correspondiente a la selección uruguaya. Cuando todos los que estaban allí pensaban que el pedalista uruguayo se quedaría sin correr, Etchebarne recurrió a una camiseta de su club mercedario, el Atenas, de color celeste, y colocándole un cartel  con el nombre "Uruguay" largó y ganó la carrera, ganándose la admiración del público y de sus adversarios.

La locomotora humana

Otro triunfo internacional fue el que alcanzó en México, en la Vuelta de la Juventud. En 1960 y 1961, Etchebarne representó a Uruguay en esa carrera, junto al fraybentino Juan José Timón, ganando una vez cada uno, pero Etchebarne además del trofeo conseguido se trajo el mote de "Locomotora Humana", con el que lo bautizaron los mejicanos por su formidable potencia.

Etchebarne fue olímpico en Roma 1960 y Tokio 1964. Po eso @gesor fue a su encuentro, aun sabiendo que no le gusta dar entrevistas. “Eso fue hace mucho, ya ni me acuerdo”, nos dice cuando intentamos hablar con él acerca de los Juegos Olímpicos, tratando de quitarle importancia a su participación en Roma y Tokio. 

Aunque no le guste dar declaraciones públicas, la necesidad de contar con su testimonio de primera mano nos llevó a preguntarle específicamente sobre sus dos experiencias olímpicas.

“En Roma yo era muy joven, no me acuerdo de mucho”, dice con insistencia, restándole todo mérito a aquella distinción, aunque recordando, de todas formas, a sus compañeros de selección: “En ese grupo estaban Rodolfo Rodino, Luis Pedro Serra, Juan José Timón y Alberto Camilo Velásquez”.

Aquellos Juegos celebrados en la llamada Ciudad Eterna quedaron asociados a algunos sucesos que Etchebarne vivió de cerca.

El ciclista danés Knud Enemark se desplomó durante su carrera bajo la influencia de anfetaminas, tras lo cual murió en un hospital. Fue la segunda vez que un atleta murió en una competición olímpica, después de la muerte del maratonista portugués Francisco Lázaro,en los Juegos Olímpicos de 1912.

Los Juegos Olímpicos de Roma también pasaron a la historia por la aparición del boxeador estadounidense Cassius Clay, luego Muhammad Ali (al convertirse al islamismo), ganador de medalla de oro en la categoría semipesado.

Cuando le decimos a Etchebarne que en Tokio ya habían pasado 4 años de su primera olimpíada y que por lo tanto tal vez debe guardar recuerdos más frescos en su memoria, parece lamentarse del percance de uno de sus compañeros, que afectó deportivamente al grupo. “Yo era el abanderado, pero Timón se enfermó y no pudimos correr, así que quedó otro en mi lugar (se refiere al basquetbolista Washington Poyet)”. 

Además de Timón, en Japón Etchebarne tenía como compañeros a Wilde Baridón, Vid Cencic, Elio Juárez, Ricardo Vázquez, Francisco Pérez y Oscar Almada.

En aquellos Juegos Olímpicos hubo otro sorianense, el basquetbolista Luis Eduardo Koster, y cuya experiencia vivida en Japón hará parte de otra entrega de esta serie especial de @gesor.