(escribe  prof. Alejandro Carreño T.) Varios temas agitan la agenda latinoamericana. Desde el contrabando boliviano que afecta a toda la región, a la prometida visita de AMLO a Chile con motivo de las celebraciones de los 50 años del Golpe Militar de Augusto Pinochet, y al que el Gobierno de Boric se ha dedicado con febril entusiasmo desde que perdió el Plebiscito de Salida del 4 de septiembre del año pasado. Las ferias de contrabando bolivianas en distintos sectores de La Paz, presentan su diversa gama de productos que van desde las zapatillas “Nike” al papel higiénico. Todo falsificado, por supuesto. Usted las encuentra a 19 dólares (130 bolivianos) en cuanto en las tiendas establecidas su precio fluctúa entre los 73 y 87 dólares (entre 500 y 600 bolivianos).

Si usted, amigo lector, visita Bolivia, ni se le ocurra comprar nada en la feria 16 de Julio en El Alto, o en la localidad de Desaguadero, a solo una hora y media de la frontera con Perú, porque todo ahí es, como podrá suponer, más “falso que Judas”. Tampoco en la Plaza Murillo. El problema no es solo para el Estado boliviano que pierde millones por la evasión de impuestos, sino también para varios países fronterizos en los que los contrabandistas han creado fuertes redes difíciles de controlar: Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú. El comercio ilegal no solo acarrea pérdidas millonarias para los países y el comercio establecido, sino también la violencia que va de la mano con él.

En cuanto los contrabandistas bolivianos invaden la región con sus falsos productos, en Brasil el Presidente Lula dijo ayer lunes que, de acuerdo con las últimas investigaciones dadas a conocer sobre el 8 de enero pasado, cuando miles de bolsonaristas invadieron las sedes de los tres poderes, revelaron que fue Jair Bolsonaro quien lideró, desde su casa, dar un golpe de Estado. Según Lula, la policía encontró mensajes comprometedores en el celular de Mauro Cid, teniente coronel y antiguo edecán de Bolsonaro, detenido por fraude con las vacunas anticovid, según reporta el medio biobiochile.cl. Uno de estos mensajes habla de declarar el estado de sitio para enfrentar “un orden constitucional desvirtuado por tribunales”. Una información en franco desarrollo. Ni el Presidente Lula lo pasa bien ni los brasileños tampoco, en un país, como hemos dicho en otras oportunidades, altamente polarizado políticamente.

Tan polarizado como Chile, cuya democracia tambalea como loro en el alambre. Con un gobierno que busca a toda costa sacar adelante una Reforma Tributaria, que ahora llama Pacto Tributario, para aumentar los impuestos a los ciudadanos, según el propio ministro de Hacienda Mario Marcel, hoy convertido en un activista político más que ministro de Hacienda. Una reforma que nadie quiere. Un país que observa con inquietud cómo el Anteproyecto Constitucional es muy semejante a la Constitución rechazada el 4 de septiembre de 2022, pero con algo de canela para que no huela tan mal, al punto que en todas las encuestas la opción EN CONTRA, aparece por lejos en primer lugar.

Un país que gasta millones preparando las conmemoraciones del golpe militar del 11 de septiembre y en el que el nepotismo, el amiguismo y “los llamados pitutos” han invadido las reparticiones públicas con más de 94.000 nuevos funcionarios que nadie sabe qué concurso ganaron ni tampoco qué hacen, pero con sueldos millonarios. Un país donde la corrupción habita en todos los lugares públicos. Y claro, Chile es la nueva cuna del terrorismo al que el Gobierno llama “delincuentes comunes” que ya tenemos por miles. Así están las cosas en mi país.

Tampoco están mejor en Ecuador que acaba de sufrir un atentado narco en el que murieron seis personas en Guayaquil y otras seis quedaron gravemente heridas. Son las guerras entre bandas narco que han invadido no solo Ecuador, que ha sufrido varios episodios violentos en solo algunas semanas, sino toda la región. Recuérdese solamente que hace dos semanas cinco personas murieron, incluyendo un policía, y ocho quedaron heridas luego de un tiroteo en una casa vivienda también en Guayaquil. Y el dos de junio recién pasado, un fiscal de Durán, localidad cercana a la costera ciudad ya mencionada, fue asesinado en su automóvil.

Mientras tanto en Colombia, el comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Nicolás Rodríguez, juró por todos los santos que cumplirá la promesa firmada hace una semana en La Habana de cese del fuego. “Vamos a cumplir el acuerdo de cese al fuego de manera sagrada, responsable y decidida” ¿Usted le cree a Gabino, el alias del comandante, si luego de esa declaración se despachó esta otra?: “No tiene nada que ver con dejar las armas. Nuestras armas se silencian contra las fuerzas del Estado, pero si es necesario para defendernos de esas otras fuerzas, se usan”. Claro que no explicó cuáles son “esas otras fuerzas”.

Dejamos hasta aquí este breve recorrido por nuestra convulsionada América Latina. Un vistazo que, lamentablemente, es símbolo de una realidad abrumadora que nos incomoda y de la que parece que nunca saldremos.