(escribe prof.Alejandro Carreño T.) Entre los invitados personales del Presidente Gabriel Boric a la transmisión del cambio de mando el último 11 de marzo en Chile, estaba la escritora nicaragüense Gioconda Belli. Esta columna comenta la entrevista publicada en el diario El Mercurio de Santiago el domingo 13 de marzo (A 8) bajo el título “El mundo entero peligra mientras existan políticas opresivas contra los pueblos”. Gioconda Belli es una poeta y novelista comprometida con los movimientos políticos y sociales que luchan por la libertad de los pueblos. Es autora de una extensa obra en la que destacan Sobre la grama, Línea de fuego, Truenos y arco iris, El infinito en la palma de la mano y El país de las mujeres cuyo título original fue Crónicas de la Izquierda Erótica. Pues bien, esta mujer, poeta, novelista y militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional entre los años 1970 y 1993, que luchó contra la dictadura de Somoza, fue una de los invitados personales del Mandatario.

Hoy, alejada del círculo político que la vio nacer, vive en el exilio por ser una de las críticas más severas de la dictadura de Ortega-Murillo: “Se ha vuelto a reproducir una situación de tiranía en Nicaragua y eso nos ha obligado a muchos a tener que abandonar el país para garantizar nuestra libertad”. Son importantes las palabras de Gioconda Belli porque representan a una mujer que por años, al igual que muchos otros exiliados, encarcelados o muertos por la actual tiranía, lucharon contra la cruenta dictadura somocista y deben entenderse, por lo mismo, como una advertencia seria para los pueblos latinoamericanos, muchas veces obnubilados por promesas populistas que jamás se cumplirán.

“Se están creando todas las condiciones para mantener un control totalitario sobre Nicaragua y sobre la juventud que le permita una generación diferente de personas, que obedezcan y que piensen lo que ellos quieren que se piense”. Es decir, la presencia de un Gran Hermano omnímodo que gobierna bajo el lema “vigilar y castigar” y que silenciosamente se abre camino por nuestra América Latina. “Están controlando los medios de comunicación”, continúa Belli. “Ahora no existe ningún medio independiente prácticamente. Los que existen están trabajando fuera de Nicaragua”. Sus palabras parecen historia conocida por nosotros, los latinoamericanos que sabemos de dictadores y dictaduras, como las de Cuba y Venezuela en la actualidad.

La entrevista sigue un recorrido por diversos temas de la realidad social y política de Nicaragua y desemboca en Gabriel Boric. Como se sabe, el presidente chileno denunció al régimen de Ortega y la canciller Antonia Urrejola fue relatora para Nicaragua de la CIDH, y ante la pregunta qué espera de este nuevo gobierno, declaró: “yo siento que va a haber un apoyo importante de este gobierno para Nicaragua y lo agradezco profundamente”. Con todo, son sus palabras al comienzo de la entrevista las que señalan con vehemencia su condición de política de izquierda democrática y no totalitaria. Espera que Gabriel Boric “tenga una visión de izquierda nueva, incluyente, democrática y que no caiga en lo que vemos en Cuba, Venezuela y Nicaragua, de crear sistemas totalitarios con la excusa de la justicia social”.

Un aviso de una mujer nacida en 1948, que sabe de estas cosas porque las vivió, luchó por ellas y sintió el desengaño de líderes inhumanos hambrientos de poder. Los chilenos esperamos lo mismo que ella respecto del Presidente Boric.

Me imagino que los latinoamericanos también.